Hasta siempre Miguel Juan...
Mira, nano, que fuiste a ser genio y figura hasta el final. Tú no podías irte de cualquier manera, no, imposible. Recuerdo aquella conversación en la cafetería de un tren de larga distancia, "no hay mayor provocación que ser tú mismo", decías y bien que lo sabías... Y te vas por la malaria en un hospital de Mozambique, y nos dejas a tantos huérfanos de tanto...
La única ocasión en tu vida, desde que te conozco, que llegas temprano a algo.
Y a pesar de estar roto en estos momentos, no me sale escribir nada triste, porque tú has sido la antítesis en vida. Un abrazo enorme allá donde hayas decidido emprender nuevas aventuras, siempre te recordaremos, compañero...
"Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano..."