martes, enero 16, 2007

Ruido en el corazón

Sé que a latir no me gana nadie.

El refugio de mi corazón es una construcción horadada en medio de una urbe ruidosa, de tráfico denso y estructura caótica. Soy un palpitar constante de autovías monótonas que aburren al viajero y le duermen, mientras sueña el divertimento de las curvas de una carretera solitaria…

Mi bomba vital es una casualidad impertérrita cuando llega la voz al desierto. Me tiendo la piel sobre el lomo suave de un perro y extiendo un recuerdo de sonido secador de pelo en marcha. Ahí no podéis pillarme, estoy protegido.

Me gustaría escuchar con absoluta nitidez, en medio de un silencio atronador, el último latido de mi corazón y guardarlo en la memoria eterna...