sábado, abril 14, 2007

Praga


Tengo los dedos aun trepando por desagües de cobre hacia tejados escarpados, tengo aun mis tobillos sobrecargados de golpes callados sobre los adoquines, tengo en mis labios retenido el beso de la canela caliente y el anís templado, tengo en los tímpanos bailones las notas robadas a los músicos ambulantes, y tengo una sonrisa burlona guardada en el bolsillo, hija del vino tinto y el cristal modulado de Bohemia.

Bañado en la luz del café de Frank Kafka...