El diario de Noah o Norah
En una tarde de esta semana dejaste tendido al sol una península de cielo congelado,
y el azul resultante compite con el bullir de los poros, con el respirar pausado.
Ahora quiero que mi espalda sea escalera
y que las puertas de entrada den a la primavera.
Nueve lunas busco en el borde desconocido e inquietante
para la extensión de tu cuerpo que espero diletante.
Ahora sí que nievan teclas de piano en mi corazón...