jueves, octubre 05, 2006

El niño de mi memoria

Hay en mi memoria insistente el grito ahogado de un niño silencioso. Sueña con puertas abiertas cuando el viento de la mañana le sacude la cara y sus lentejas dérmicas. Es un niño obediente, disciplinado, responsable y olvidado.

Tiene espejos de frente. Mi niño lleva los bolsillos repletos de piedras que tapan los rotos de la tela y piensa en un cofre donde sólo hay un aroma que lo rebosa y un sonido de trenes que parten hacia mañana.

El niño de mi memoria sueña y piensa. Moldea en las macetas un jardín azaroso repleto de animales de dibujo. Los sienta a la mesa y come con ellos.

La soledad del patio se cierne en torno a él, que la moldea…