lunes, agosto 28, 2006

Tantra en el alma (de trece años ya...)

Hay una cadencia visionaria en la luz de los planetas
(incluso en los que ahora han dejado de serlo)
arremolinada en la línea finita de su estraperlo,
residente en el calmo suelo de las estrellas quietas.

Hay una disolución continua en las aceras de las calles
(incluso en las moradas desalfaltadas de barrios nonatos)
donde el agua pasa tumultuosa dibujando autorretratos,
que hacen líquido el ser rojo de tus bronceados talles.

Hay vertidos de mi alma trántrica dentro de tí
que no pasarán inadvertidos para nadie
por el arrullo nocturno de tu brinco.

Hay noches que en tu espalda zahorí
ya suman la cifra que mi mano te irradie:
cuatro mil cuatrocientas setenta y cinco.