martes, julio 04, 2006

La niña del abrigo rojo

Hay una niña que me mira tras el cristal. Mi café humea y parece jugar con sus rasgos, pero sus ojos traspasan el vaho. Afuera la lluvia convierte todo en tonos grises, menos el abrigo rojo de la niña. Sus ojos, a pesar de su negrura, realzan sobre lo demás. Mis sensaciones se transportan al sonido de un secador de pelo y coplas, ladridos y la lluvia golpeando el suelo de barro. El olor de la tierra mojada.

No me he dado cuenta apenas de que la niña me ha sonreído y me saluda. Su pequeña mano dibuja círculos en el aire, y con él me envía vientos frescos. Me hace parpadear, dubitativo. Ya sé, niña de abrigo rojo. Nada es eterno.