lunes, mayo 21, 2007

Un abrazo...

Si nuestros brazos se entremezclan en torno a dos troncos que se dejan aferrar,
enseguida corren las soledades del mundo alcantarillas abajo, hacia el olvido.

Si ni tu pecho ni el mío dejan paso al viento,
lloriqueará furibundo la inutilidad de su esfuerzo finito.

Si la fuerza del choque es corresponsable,
sé que me harás desprender de mi vida el vinagre líquido.

Me respiro guarnecido entre tus senos
porque me haces preferido.

Más allá no hay expresión...